Uzbekistán abre poco a poco sus
fronteras. El pasado soviético aún asoma en el tipo de gobierno, y la religión
musulmana marca el carácter de su gente. La extrañeza aún tiñe estos rincones;
la información es escasa. Por eso nuestros especialistas, además de diseñar
cuidadosos circuitos de
viaje a Uzbekistán, brindan estos consejos:
Contenido
Turismo ecológico
Aunque el turismo en Uzbekistán está centrado en la Ruta de la Seda (Samarkanda, Bukhara y Khiva) y en las mezquitas y monumentos que llenan de historia las calles, donde realmente se dedican a la seda es en el Valle de Fergana, uno de los valles más prominentes del oeste. Está rodeado por las montañas de Tian Shan y Pamir, ideales para trepar y disfrutar de una impresionante vista sobre las aldeas y los campos de algodón. Disfruta en Uzbekistán del turismo ecológico y convierte el viaje en una aventura completa.
Recomendaciones para visitar las mezquitas
Los uzbekos son menos ortodoxos con la vestimenta que otros musulmanes, pero en cualquier caso es preferible llevar ropa holgada (poco ajustada) y de tonalidades sobrias. Hay que descalzarse antes de entrar y preguntar si se pueden sacar fotos en el interior. Si hay gente rezando, esperar a que termine para hacer las fotografías. El rezo es sin bancos: en el suelo o de pie. En cualquier caso, es aconsejable que no te sientes con las piernas estiradas ni dejes las manos descansando en la cadera. Ambas actitudes son señal de poco respeto. Permanece al fondo, interfiriendo lo menos posible con el culto.
Hacer fotografías
Los uzbekos son muy amables con el visitante y no suelen poner problemas a ser fotografiados, aunque siempre es mejor preguntar antes. ¡Que no te cojan desprevenido! En casi todos los complejos monumentales (palacios, madrasas, mezquitas) hay que pagar para tomar fotos.
Espectáculos
En Bukhara hacen teatros de marionetas, y en la plaza de Lyabi-Khaus, dentro de la madrasa de Nadir Devanbegi, exhibiciones de bailes folclóricos. ¡Hay que tener precaución con las bodas! Si miras de más, te harán pasar y te obligarán a comer y beber hasta el límite.
En Samarkanda, en la Plaza del Registán, se lleva a cabo un precioso espectáculo de luz y sonido.
Regateo
Si no quieres pagar mucho más que el cliente que sigue, te recomendamos regatear en los puestos de bazar y con los taxistas. Están acostumbrados al turista y lamentablemente tienen esta mala costumbre.
Hospitalidad
Los uzbekos dominan su propia lengua y el ruso, y algunos un poco el alemán. El inglés está poco extendido, la mayoría de la población tan solo conoce las palabras «Ok», “Hello” y “problem». Pero son muy hospitalarios y resulta útil, aunque más no sea como respeto o agradecimiento, disponer de unas pocas palabras bajo la manga:
Hola: Salom
Buenos días: Assalomu alaykum
Adiós: Xayr
Sí: Ha
No: Yo’q
Gracias: Raxmat
Disculpas: Kechirasiz
Me llamo: Meni ismim
No hablo uzbeko: Men O’zbekcha bilmayman
Las vendedoras (en Khiva, sobre todo) te agradecen mucho si les llevas muestras pequeñitas de perfume (ésas que suelen regalar en las tiendas). Para comunicarte con los niños, obséquiales caramelos.